miércoles, 12 de septiembre de 2018

Prácticas educativas inclusivas para el alumnado TEA: expectativas y reflexión.


Iniciar este curso supone para mí un reto maravilloso y una necesidad profesional. 


Me incorporo este año por primera vez como maestra de Pedagogía Terapéutica a un aula TEA y, he de confesar, que tengo un gran respeto por el camino que me queda por delante.

Soy consciente de que nuestra escuela, la del siglo XXI, debe apostar por una inclusión real y que, desde el centro educativo, debemos ofrecer una respuesta educativa de calidad. El recorrido que debemos seguir los profesionales de la educación para conseguir esa atención individualizada que demandan nuestros alumnos, viene acompañado de una necesidad de orientación y formación.


Y eso es precisamente lo que espero de este curso: conseguir un aprendizaje que me permita conocer mejor a mis alumnos diseñando intervenciones adecuadas para ayudarles en su proceso madurativo, en la adquisición de una mayor autonomía y en el complejo proceso de la comunicación. 


Compartir experiencias, adquirir conocimientos prácticos, aprender y encontrar respuestas a mis dudas, crear, pensar, investigar, indagar, descubrir, retroalimentarme…


Quiero ser capaz de pensar como ellos, soñar como ellos, reír como ellos, ver el mundo como ellos…


Empiezo muy ilusionada esta andadura siendo consciente de que al final del camino habré conseguido mis objetivos, seré mejor profesional y habré aportado mi granito de arena. 

Mi aula se llama “El Principito” y en su cartel hemos escrito: “lo esencial es invisible a los ojos”. 


¡¡¡Maravillosa frase!!!


#Aulas_TEA


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